El capricho de Mauricio Macri enceguece a todo el PRO y obliga a sus promotores mediáticos a hacer malabares para presentar las noticias referidas a la aceptación del traspaso de los subtes por parte de la Ciudad.
El blindaje mediático que protege a Macri sigue ocultando la ineficiencia de una gestión que sólo sabe endeudar al Estado de la Ciudad y aplicar tarifazos año tras año.
Sin embargo, no hay peor propagandista de su propia gestión que el mismísimo Mauricio Macri. Por eso, el blindaje mediático cobra más relevancia e importancia, todo sea para proteger al posible candidato del establishment.
A Mauricio Macri lo asustó la posibilidad de que se produzca un accidente en los subtes. Sólo imaginar esa posibilidad, lo aterró y lo paralizó, y se encaprichó. Todo ello, pese a que los subtes no registran accidentes de gravedad desde hace casi 30 años y pese al informe de auditoría que él mismo encargó. La auditoría la realizó el Metro de Barcelona, según contratación realizada por SBASE (la empresa del Estado de la Ciudad, que según acta-acuerdo firmada por Macri, ya tenía a su cargo la administración y control del contrato de concesión del servicio de subterráneos de la Ciudad y que ya había aumentado la tarifa del mismo a $ 2.50) y que sostiene en su paper que, respecto de toda la red, "el plan de mantenimiento se cumple con algunas desviaciones no significativas" y que "existe constancia documental del mantenimiento preventivo y correctivo, encontrándose algunas carencias que no se han valorado como críticas". En síntesis, el informe del metro de Barcelona dice todo lo que sabíamos e incluso muestra que el subte está mejor de lo que todos suponíamos, coches en mal estado en la Líneas A y E y servicio normal en las restantes líneas. Un capricho sin sustento teórico, ni fáctico, -según los expertos catalanes contratados por Macri- no hay nada de que asustarse.
Ahora, y pese a haber aceptado el traspaso del Subte a principios de año y, pese a haber dado comienzo de ejecución al Acta-Acuerdo firmado al haber aumentado la tarifa y al haber contratado una auditoría privada, Mauricio Macri pretende que la Legislatura avale su capricho mediante la sanción de una nueva ley. Una vez más, Macri y el PRO, demuestra su supino desapego a la legalidad, ya que la Legislatura ya aprobó el traspaso del servicio de subterráneos a la Ciudad en el año 2000 mediante la sanción de la Ley N° 373 (sancionada el 11 de mayo de 2000, promulgada de hecho el 15 de junio y publicada en el Boletín Oficial el 20 de julio de 2000), por lo que no hace falta ninguna Ley para que la Ciudad acepté un traspaso que, además, ya fue aceptado por el Jefe de Gobierno en enero del corriente año.
Al momento de asumir, Mauricio Macri recibió una Ciudad equilibrada en sus cuentas y con una deuda por un total de 1807 millones de pesos, suma que el propio Macri se encargó de triplicar. Entonces, una de las características más salientes del Gobierno de Mauricio Macri es el endeudamiento contínuo.
Al capricho de Macri se suma la política de endeudamiento, política que se visibiliza en los hechos: La deuda porteña creció un 42% en los primeros nueve meses del año al pasar de 4104,7 millones de pesos a 6011,1 millones de pesos, cifra que el próximo 31 de diciembre podría llegar a casi 9000 millones de pesos, si finalmente logran la colocación de U$S 566 millones en bonos que tiene autorizados por la Legislatura el gobierno de Mauricio Macri. De la deuda asumida, para el caso de subtes en 2010 se tomaron 1200 millones de pesos al 12,5% anual en dólares, una tasa muy alta, y en la actualidad todavía un tercio de esos fondos no se utilizó. A fines de 2011 se habían volcado 800 millones de pesos y en lo que va de 2012 solo se usaron otros 88 millones de pesos, mientras que el resto descansa en un plazo fijo en pesos que paga una tasa de interés por debajo de la que rinde el bono en dólares para los acreedores. Un negocio donde los tomadores de bonos ganan y la Ciudad pierde.
En medio de todo esto, es decir, capricho más endeudamiento, Macri le solicita a la Legislatura que, además, de hacer algo que ya hizo, que es aprobar el traspaso, apruebe un aumento de impuestos consistente en cuarenta centavos más por litro de nafta premium, 30 centavos más la súper y 20 más el gasoil, un 10 por ciento de aumento en los peajes de AUSA, y hasta un 5 por ciento más de impuestos de patentes de los autos de más de 150 mil pesos. Todo ello, bajo la promesa de no aumentar la tarifa...
Tenemos, capricho + endeudamiento + impuestazo y... un millón de personas que utilizan el subte diariamente como rehenes.
¿Por qué rehenes? Porque será el argumento central de Macri y el PRO para que se apruebe el nuevo impuestazo ya que en el Presupuesto 2013 enviado a la Legislatura no se prevé ninguna partida para financiar el servicio del subte, ni las obras pendientes. De esta manera, Macri vocifera que es porque el Gobierno Nacional no aporta los casi 400 millones de pesos de subsidios que aportó este año, entonces, que debe aprobarse este impuestazo para poder hacer funcionar los subtes. En este punto, hay que señalar dos cosas; la primera es que la política de subsidios no es un recurso y, segundo, que esos 400 millones de pesos representan menos del 1% del Presupuesto anual de la Ciudad para el año 2013.
No hay un problema o un escollo insalvable desde el punto de vista presupuestario para que la Ciudad se haga cargo del subte, lo que hay es un capricho que busca ser justificado y legitimado por la Legislatura porteña.
Así se vive y se viaja en la "Ciudad de la Furia", entre el capricho, las deudas y todos y todas como rehenes.
*Dibujo de http://currinonline.blogspot.com.ar/