LA CIUDAD DE LA FURIA se titula una canción de Soda Estereo, también se titula un interesante, aunque partidario, blog de Manuel Di Teodoro. La ciudad de la furia, posiblemente sea el mejor adjetivo que califique a la Buenos Aires que nos toca vivir. En su blog, Manuel cita a Serrat:
“con las fuerzas de que dispone, atentamente EXPONE: Que a los viejos se les aparta después de habernos servido bien. Que la tierra cayó en manos de unos locos con carnet. Que el mundo es de peaje y experimental, que todo es desechable y provisional. Por eso y muchas deficiencias más, sin que sirva de precedente, respetuosamente” …” Ya que no hay otro tiempo que el que no ha “tocao”, acláreles quién manda (el pueblo) y quién es el “mandao” (el gobierno)”…
Y me hace acordar aquella otra canción del Nano que cuenta cómo “la vida te encuentra chupando un palo sentado sobre una calabaza”. Es cierto que la misma canción dice que a veces, solo a veces, “la vida te besa en la boca y esta tan bonita que da gusto verla”. Pero lo cierto es que vivir en Buenos Aires, cosa a la que de momento estoy obligado, no me gusta en lo mas mínimo. He nacido y me han criado en Buenos Aires, he vivido la mayor parte de mi vida en esta ciudad, he observado, he sentido, he sufrido cada uno de los cambios que la transforman en un peor lugar para vivir. Podría caer en el facilismo de compararla con alguna ciudad extranjera como París o Nueva York, por decir alguna que conozca en persona; pero prefiero compararla con la actual Salta o Mendoza, claramente de menor densidad, pero claramente mas habitables. El mundo está cambiando, permanentemente, hay muestras suficientes de que no es para mejor, pero nuestra ciudad… me asusta mas que cuando en el Colegio Católico me hablaban del Infierno. Así describió la experiencia de andar en subte un amigo cordobés a los gritos… “El infierno”.
La principal característica de La Ciudad de la Furia, es la continua pelea de todos contra todos y como, en cuestión de segundos, alguien puede pasar de compañero a enemigo por solo opinar distinto. La intolerancia está de moda en una ciudad donde la gente ya casi no puede seguir viviendo. Todo organismo de poder abusa sin discreción del mismo para no servir a su gente, bajo el concepto de que “la gente no sabe lo que quiere”. Yo estuve ahí, antes y después de Cromagnon, terminé huyendo de gira con una banda de rock. Aquellos locos fumones tenían más amor por el ser humano y más códigos de compañerismo que los funcionarios del gobierno. Pero para no hablar solamente de los políticos, veamos el hecho de que el grupo de familiares y victimas de la Tragedia de Cromagnon, originariamente uno solo, se dividió, fracturado, en al menos tres facciones en menos de dos años… por pensar distinto, por protagonismo, por “anda a saber”.
Ver la intolerancia, el rencor al otro, ver como nos transformamos en verdaderos perros Doberman que atacan por miedo y paranoia, es tan usual como fácil de contar: “Reuniones de Consorcio, problemas entre vecinos de una cuadra, manejar en la 9 de Julio, tomarse un subte, un tren, un colectivo, caminar por el centro, ir a una plaza, hacer un tramite gubernamental, gestionar algo ante una compañía de servicios, querer realizar un reclamo, las manifestaciones, nuestros pibes, los colegios… cómo se permiten no ponerse de acuerdo nuestra presidenta con nuestro jefe de gobierno ante un hecho semejante. Digamos que para conocer La Ciudad de la Furia basta con salir a la calle y ver lo normal que es que a alguien le manoteen la cartera, le roben un celular, le rayen el auto en un semáforo por cerrar el vidrio, lo bajen del auto en una barrera, la enemistad de jefes y empleados, los que buscan el mango en la basura, hoy institucionalizados. ¿ Hace falta seguir?. Pero la culpa siempre la tiene el otro, nosotros nunca, nosotros no nos equivocamos… pero siempre el cobrador pasa por casa y, aunque pensemos que es un error, seguimos pagando. Algunas veces, vivir en Buenos Aires se paga con la vida.
Yo creo que si hay una mínima predisposición para el dialogo, en todos nuestros sectores, haremos una ciudad mejor, un mundo mejor, pero si seguimos atacándonos, discriminándonos, odiándonos, no vamos a llegar a ningún lado; nos tendremos que ir, o quedar y bien callados, definitivamente no quejarnos mas. Todos tenemos una idea de lo que está bien y lo que está mal, algunos la tapan con el odio como el agente “Claudio Juarez”, algunos pegamos una trompada fuera de tiempo y lugar como yo; Pero podemos, debemos, cambiar hacia el amor… que palabra tan gastada, hasta parece cursi… el amor. Somos humanos, vivimos en la misma sociedad y dependemos los unos de los otros, ayudémonos.
LIC. ALDO BACCARO!
LOS INVITO A ESCUCHAR EL ULTIMO PROGRAMA DE RADIO DE ESTE AÑO MAÑANA A LAS 21HS EN www.frecuenciazero.com.ar