Los porteños y porteñas volveremos a concurrir a las urnas para elegir a nuestros gobernantes en una ciudad profundamente endeudada y prolijamente dibujada.
Profundamente endeudada porque en el
Presupuesto de la Ciudad la única partida que no cae –al contrario, crece un
30,1 por ciento– es la de Servicios e Intereses de Deuda. A modo de ilustración
durante el actual ejercicio económico, es decir durante todo 2019, se
destinarán 26.127 millones de pesos en concepto de servicios de deuda,
intereses y gastos. Respecto de 2018 se observa un crecimiento del 30,1 por
ciento en concepto de Servicios de Deuda.
Resulta evidente que ha avanzado el
crecimiento de la partida del pago de intereses de la Deuda: pasó del 1,5 por
ciento del gasto, en 2007, al 8 por ciento, para 2019.
La Ciudad paga cada vez más intereses y
gastos por deuda contraída, y la Deuda creció en un año la suma de 3.000
millones, mientras que dentro de los Servicios Sociales, las caídas reales
afectan prácticamente a todas las funciones: Salud: menos 2,7 por ciento;
Educación: menos 3 por ciento; Trabajo: menos 20 por ciento, y Vivienda: menos
7,6 por ciento. Esto vale y tiene la misma orientación en materia de salarios
de los trabajadores de la ciudad, que verán su salario recortado en un 7,6 por
ciento. Siempre y cuando la inflación anual no supere el 34 por ciento de
inflación, que es la previsión inflacionaria de los funcionarios de Horacio
Rodríguez Larreta.
En los últimos 11 años, entre 2007 y 2018,
los recursos crecieron un 85 por ciento en términos reales. ¿Cómo? Con
transferencia de recursos, con endeudamiento y con la venta de activos
públicos.
Vale como referencia para comprender las
prioridades del Gobierno de la Ciudad. En el año 2013, por cada peso de deuda,
se destinaban 15 para Educación y 13 para Salud, hoy por cada peso de
deuda; 2,2 son para Educación y 1,9 para
Salud.
Los pagos por intereses de Deuda equivalen
al presupuesto de nueve ministerios. El porcentaje del Presupuesto que va a Deuda
pública e intereses aumenta más que salud, educación, vivienda, promoción
social y agua potable. Así gobierna
Rodríguez Larreta la Ciudad de Buenos Aires.
Mientras la Deuda se paga de manera
religiosa, en nuestra Ciudad viven
173.000 personas en condiciones de indigencia, 565.000 personas vive en hogares
pobres y más de un millón no tiene asegurado el acceso a la canasta total. La
ausencia de políticas públicas para atender las necesidades básicas de estas
personas es absoluta, ¿negligencia? No, claramente se trata de una decisión
política plasmada en las prioridades presupuestarias del PRO, hoy “Juntos por
el Cambio”.
Los cambios más importantes de la última
década en la Ciudad gobernada, primero por Macri, y ahora por Rodríguez Larreta
están vinculados con la pérdida del peso relativo de las partidas de Educación
y Salud. Entre las dos áreas, representaban un 51 por ciento en 2007, mientras
que en 2017, representaban un 35 por ciento.
¿Por qué se resalta el hecho de que el
Gobierno de la Ciudad toma cada vez más Deuda? Porque hoy la Ciudad tiene las
mismas deficiencias estructurales, en términos de educación, vivienda y salud,
pero perdió una cantidad importante de activos por la venta de bienes públicos.
Por otro lado, tiene que destinar un 8 por ciento de sus gastos –como no tenía
que hacerlo antes– a pagar intereses de la deuda. Este es el primer balance de
los doce años, en términos presupuestarios, fueron doce años de gobierno PRO.
Un dato escalofriante. Con lo que se va a
pagar, durante el año, en concepto de intereses de deuda, se podrían haber
construido 23 hospitales en un año. Sin embargo, se prioriza el pago de la
deuda. Y la Comuna 8 sigue sin contar con un hospital de verdad en pleno
funcionamiento.
Una Ciudad que desampara a sus habitantes
más vulnerables y en la que frente a la noche más fría del año, el Club River
Plate abrió las puertas del Monumental para que personas que están en la calle estén bajo techo, y con la excusa de tener
una actividad durante esta noche, les ofrecieron una visita nocturna al Museo
River. Todo ello, junto a
la Red Solidaria que dirige Juan Carr. Una actividad dirigida especialmente
para que los que están sin techo no estén a la intemperie, en una Ciudad que
los abandona a su suerte pero que se endeuda cada día más y baja el presupuesto
social. ¿Y el Estado? Ausente con aviso.
¿Por qué la Dirección General de
Mantenimiento y Espacio Público ejecutó, durante 2018, más del 70 por ciento del presupuesto y,
durante el mismo año, la Dirección de Infraestructura Escolar no alcanzó al 50
por ciento? Por la voluntad política de un Gobierno que privilegia veredas y
canteros a cubrir las vacantes escolares en cada comienzo de ciclo escolar.
Otro dato escalofriante. En comisarias
nuevas se gastarán, durante este 2019, más de 1400 millones de pesos y, en
infraestructura escolar, 1180 millones. En publicidad se gastarán 1600 millones
de pesos. 4400 millones de pesos –que se usarán en dos años– para mantenimiento
de aceras. Mientras que se afectan a la Dirección de la Mujer, 240 millones de
pesos.
Cada cual puede sacar sus
conclusiones, pero es oportuno destacar
el gasto en publicidad, son 1600 millones de pesos que reciben los medios
masivos de comunicación durante el año. No existe una Ley en la Ciudad de
Buenos Aires que regule la publicidad oficial, eso le permite al Jefe de
Gobierno distribuirla de manera
discrecional a los medios masivos de comunicación de su preferencia, una
partida presupuestaria destinada a obtener “blindaje mediático”. Durante el año
1600 millones de pesos para blindar mediáticamente a su gobierno, eso es lo que
gasta Horacio Rodríguez Larreta para “dibujar” una prolija Ciudad.
Todo esto sucede, mientras la prioridad del
Gobierno de la Ciudad durante este año ha sido modificar y embellecer la Avenida Corrientes,
una obra que le costó a los porteños la friolera de 300 millones de pesos, eso
sí, tuvo una extraordinaria cobertura mediática, parte del blindaje y del
dibujo que esconde la Ciudad para pocos.
Pero nada dice el periódico de hoy respecto
de la inversión en Educación de este Gobierno, que viene cayendo
sistemáticamente. En 2018 se invirtió el 26,6 por ciento y para este 2019 prevé
que se invierta en Educación tan solo el 17,3 por ciento.
La Ciudad de Buenos Aires necesita otro
tipo de Estado. Es cierto: necesita recursos. Pero los recursos están.
Entonces, lo que necesita es voluntad política que no desprecie lo público, que
no desprecie a los científicos, que no desprecie a los docentes, que no
desprecie a los trabajadores, que no desprecie a los pobres, que no desprecie a
los estudiantes.
En síntesis, la Ciudad necesita de un
Estado peronista. Un Estado de bienestar que, como bien nos dice Eric Calcagno
en su “Manual del Estado”, represente el impulso permanente de vivir mejor. En
síntesis un Estado justo, libre y soberano que asegure una distribución
equitativa de la riqueza, del ingreso, de la palabra y del conocimiento; para
lo cual, primero es necesaria una voluntad política transformadora que
modifique las actuales prioridades presupuestarias.
Nuestra querida Ciudad se merece un
gobierno que vaya más allá del desarrollo inmobiliario, de los negocios de la
especulación inmobiliaria y de las obras públicas que maquillan una Ciudad cada
vez más excluyente.