Se
naturaliza el hecho de que la Policía es “la dueña de la calle”, situación
gestada y avalada por el poder político de turno que, hace un aprovechamiento
político de dicha situación. Pero también, nos acostumbramos a que haya muchos
policías corruptos, sabemos de Policía y narcotráfico y, sobre todo, sabemos de
policías que no conocen de Estado de Derecho, y sí conocen mucho de abusos
policiales.
Tampoco
olvidamos los orígenes de la Policía de la Ciudad con el “fino” Palacios y las
escuchas ilegales de Ciro James, y lo cierto es que la corrupción y los abusos
policiales no son algo nuevo, y es una situación que se fue gestando con el
apoyo del poder político de la Ciudad de Buenos Aires.
Así como
muchas veces, la policía no combate el delito, lo administra, otras protege
pequeños intereses particulares de unos pocos en perjuicio de quienes intentan
denodadamente ganar unos pocos pesos. Tal el caso de la venta ambulante o la
venta de baratijas en la vía pública, que en la supuesta protección de una
actividad comercial se reprime ilegalmente a un vendedor ambulante porque supuestamente
atenta contra la posibilidad de lucro de un comerciante que, seguramente,
aporta mensualmente a la “Asociación de Amigos” de la comisaría de la zona o a
la “cooperadora policial”.
Es la misma
fuerza policial que a menudo es noticia porque su Jefe fue preso o sus
comisarios son detenidos con orden judicial por sostener y proteger prostíbulos
o por otros delitos. Se trata de una
policía corrupta y brutal que cuenta con, al menos la connivencia del Gobierno
de la Ciudad, y que se manifiesta “liberando zonas para el delito” o cerrándole
las puertas al delito según el grado de conformidad o disconformidad con el
Gobierno.
Esta
situación la lleva a actuar, casi siempre, al margen de la Ley cometiendo
abusos o prepoteando al ciudadano o ciudadana de a pie en nuestra Ciudad.
Por eso,
y pese a que “no constituye
contravención la venta ambulatoria en la vía pública o en transportes públicos
de baratijas o artículos similares, artesanías y, en general, la venta
de mera subsistencia que no impliquen una competencia desleal efectiva para el
comercio establecido” (Artículo 83 del Código Contravencional de la Ciudad de Buenos Aires) pasan en la Ciudad de la Furia, cosas como éstas: