miércoles, 23 de septiembre de 2020

MOVILIZACIONES EN LA CIUDAD: La doble vara de Rodríguez Larreta, otra vez de manifiesto

A la hora de manifestar en la Ciudad de Buenos Aires hay que tener en cuenta que no es lo mismo hacerlo para manifestar disconformidad con el Gobierno Nacional o manifestar algún reclamo al Gobierno de la Ciudad. Todo no se puede.

Ya fue dicho aquí. "Se nota mucho, permiso para manifestarse para unos, represión para otros. Un caso de doble vara."

Mientras a unos/as se les permite ir hacia el Obelisco al grito de "¡quema de barbijos!" y, también, se les permite organizar una fogata para reducir a cenizas los tapabocas, uno de los elementos sanitarios que previenen o minimizan el riesgo de contagio de coronavirus, a otros/as, no se les permite manifestarse por sus derechos.



Libertad para quemar barbijos, libertad para los/las anticuarentena.

Pero cuando la movilización la realizan trabajadores y trabajadoras para reclamar por sus derechos la cosa se pone más densa. No importa que se trate de trabajadores esenciales.

El pasado 21 de septiembre, en ocasión del Día de la Sanidad, enfermeras y enfermeros porteños/as se movilizaron desde el Obelisco a la Legislatura, ubicada en la calle Perú 160. Reclamaban el pase de los/as licenciados/as en enfermería a la carrera profesional, de la que fueron excluidos/as en noviembre de 2018. Hoy son parte de la carrera administrativa, claramente un sinsentido.


La Legislación de la Ciudad de Buenos Aires reconoce a 24 categorías de profesiones de la salud, entre las que se encuentran, por ejemplo, médicos/as, odontólogos/as, fisioterapeutas, fonoaudiólogos/as y nutricionistas, pero no incluyó a los/as licenciados/as en enfermería, quienes quedaron encuadrados/as como parte del personal administrativo. Al ser considerados/as administrativos/as, no se les reconoce las capacitaciones, especializaciones y títulos en los que invierten su dinero y su tiempo.

Iban a entregar un petitorio pero la policía se los impidió, no de muy buena manera. Palos y represión otra vez. La Policía de la Ciudad tiene una fuerte vocación a la hora de reprimir. Una concepción ideológica para el accionar policial porteño, el crimen de pensamiento.

De nuevo hay que recordarle al Jefe de Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, que más allá de las simpatías y de a quién voten los manifestantes se les debe garantizar a todos y a todas su derecho a expresarse en las calles de la Ciudad.

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