Una verdadera noche de furia en la Ciudad de la Furia. Porteños y porteñas salieron a sus coquetos balcones de Callao, Quintana, Alvear y Santa Fé a golpear sus cacerolas. Otros tomaron raudamente su auto importado o su 4x4 y salieron por la Av. Santa Fé a tocar bocina. Eran todos presentables, gente bien, "gente como uno" que se manifestaban ante el atropello que significaba, según su particular modo de ver, el discurso de la Presidenta.
El detonante de tan "espontánea" (¿?) manifestación fueron, precisamente, las palabras de Cristina Fernández. Afirmaba la Presidenta “la Argentina de los años 2003, 2002, 2001, miles de argentinos en piquetes, cortando calles, rutas, porque les faltaba trabajo. Eran los piquetes de la miseria y la tragedia de los argentinos. Este último fin de semana nos tocó ver la contracara, los piquetes de la abundancia, los de los sectores de mayor rentabilidad”. A continuación repasó la política oficial para el sector agropecuario desde 1991, “cuando se instaura la convertibilidad, se eliminaron las retenciones, eso sí, casi nos quedamos sin productores con el uno a uno. Es precisamente a partir del gobierno que se inicia en 2003 donde realmente comienza a tener competitividad el sector, no solamente por un alza en los commodities. Para los brasileños también subió el precio internacional, y sin retenciones, tienen menos rentabilidad que el sector agropecuario argentino. ¿Por qué? Muy simple, por un tipo de competitivo, que sostiene el Estado argentino (...), política sustentada por el Gobierno que también forma parte de la utilización del superávit fiscal.”
Palabras que desataron la furia de las señoras de Barrio Norte que se encontraban en sus casas y que sintieron una fuerza interior que les decía que había llegado la hora de salir a protestar. ¿Cómo podía la Sra. Presidenta comparar a los cortes de rutas de "el campo" con los piquetes de los piqueteros? Luego del batir de cacerolas, que probablemente nunca utilizaron para cocinar un puchero, se dirigieron a la agradable esquina de Callao y Santa Fé para que el mundo se entere de su indignación. "Es contra el discurso de la Presidenta" decían las señoras ante las cámaras de televisión. Sí, ciertamente de a poco se sumaron jóvenes y más tarde, después de recorrer Diagonal Norte, llegaron a Plaza de Mayo. Ahí se fueron sumando, de manera patética, algunos Diputados Nacionales de la Coalición Cívica de Carrió.
Las postales de la Plaza de la Sociedad Rural son muy ilustrativas. Las imágenes de los noticieros que transmitieron en vivo y en directo la protesta dejaban ver a una señora con su adolescente hija (rubias las dos) golpeando una cacerola con un palo de hockey; otra imagen mostraba a una pareja cuarentona con sus dos hijas, una con jumper y la otra con equipo de gimnasia de colegio católico; y todos muy bronceados y ninguno arribó a la Plaza desde Diagonal Sur, toda una señal.
Mientras ello sucedía en La Ciudad de la Furia, desde los medios se intenta confundirnos con que estamos frente a un PARO del campo, y como bien es sabido, el paro es el legítimo ejercicio del derecho de huelga de los trabajadores y no de los patrones. Acá, los dueños de los campos han decidido no abastecer al mercado interno, eso no es PARO sino que es LOCK OUT patronal, y no se trata del ejercicio del constitucional derecho de huelga, sino de una extorsión que toma de rehenes a toda la sociedad argentina. Tampoco nadie señala el atropello que significa que unos particulares (por más estancieros que sean) revisen la carga de los camiones que están en la ruta y decidan quien pasa y quien no.
En los medios de comunicación masiva nada nos puede asombrar si proviene del Diario La Nación y su "tribuna de doctrina", pero mención especial merece el título que el progre de Punta del Este, Jorge Lanata, le da al conflicto del campo. En su diario la llama "La guerra gaucha", ¡cuánta ignorancia! La guerra gaucha hace referencia a la obra literaria de Leopoldo Lugones cuyo relato transcurre en 1817 durante la Guerra de la Independencia, en la provincia de Salta, en el noroeste de nuestra patria, donde fuerzas irregulares integradas por GAUCHOS partidarios de la independencia, bajo el mando del general Martín Miguel de Guemes, realizaban acciones de guerrila contra el ejército regular realista, empeñado en la preservación de las colonias sudamericanas bajo el dominio de la monarquía española. Los patricios antepasados de los socios de la Sociedad Rural jamás hubiesen salido a pelear, eso lo dejaban para la "chusma".
El conflicto amenaza con prolongarse y nos tomará de rehenes a todos los argentinos de a pie, ya que nos costará conseguir leche, carne y todo otro derivado del campo. Una vez más, seremos los patos de la boda, y, seguramente, varios porteños y porteñas sufrirán nuevamente una especie social de "síndrome de Estocolmo" y saldrán a batir cacerolas en apoyo a la Sociedad Rural Argentina.
Si ellos son la Patria, yo soy extranjero!
3 comentarios:
Cada vez más arrepentido! Vi por TN a Di Filippo y su séquito de jóvenes asesores de la Legislatura en la plaza. Lamentable, y después hablan de la parresía!
Punto 1: arista con tu sincero "arrepentimiento" ¿porqué no te cambias el nombre? No sólo De Filippo estuvo sino fué lamentable y bochornoso el comportamiento de "ése tal Iglesias" que nadie sabe de ¿dónde carajo salió? y fué "condecorado" por la Carrió con una banca.
Punto 2: Nada me extraña de la "conversión " de Lanata, su cita al título de "La guerra gaucha" de LEOPOLDO LUGONES ¡flor de cretino! él y su hijo.(La única que levantó el nombre de ésa flia. fué la Piri).
Punto 3:¡Bravo Didi!.Mientras "cortan rutas" y fisgonean mercaderías ,sus peones están en plena cosecha. ¡A ver si todavía perdemos de exportar! ¡Habráse visto !.
Tiran la leche mientras comen un asadito a la vera de la ruta, porque no se van un poco a la mierda todos los ruralistas.
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