lunes, 6 de enero de 2020

La Policía de LARRETA MATA

La SEGURIDAD de porteños y porteñas ha sido siempre una preocupación de este blog. Una y mil veces te contamos lo que había detrás del maquillaje marketinero del PRO. Ahora es la Comisión Especial de Seguimiento y Prevención de la Violencia Institucional de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires la que te lo cuenta. Acá podes leer el informe completo.


El escalofriante informe señala que la Policía de la Ciudad de Buenos Aires está integrada por 282 agentes que cumplieron funciones en otras fuerzas de seguridad (Policía Federal, Bonaerense o Prefectura) durante la última Dictadura Cívico-Militar (1976/1983), época en que esas fuerzas eran utilizadas como parte del aparato represivo. 
Más adelante, el informe denuncia que la flamante Policía de la Ciudad de Buenos Aires fue responsable de la muerte de 43 personas en 26 meses. Obviamente, todas muertes evitables, porque ocurrieron en típicos hechos de violencia institucional.
Entendemos por violencia institucional, a la violencia física, psíquica,sexual, o simbólica, que es ejercida abusivamente por funcionarios y agentes del Estado en cumplimiento de sus funciones, incluyendo protocolos, normas, prácticas institucionales, privaciones y descuidos en perjuicio de una persona o grupos de personas. Resaltamos "abusivamente", es decir, la ejerce un funcionario público (policía en este caso), en cumplimiento de sus funciones (prevención o represión de un ilícito) de manera abusiva. La violencia institucional se caracteriza por el uso del poder del Estado para causar daño y reforzar los mecanismos establecidos de dominación. 
En el concepto de violencia institucional, se incluyen delitos y situaciones como la brutalidad policial y las ejecuciones ilegales también conocidas como "gatillo fácil", o la criminalización de la protesta social, entre otros.
La violencia institucional permite diluir las responsabilidades individuales de los agentes que actúan en nombre del Estado, de modo tal que los individuos que la implementan no se perciben a sí mismos, ni son percibidos, muchas veces, por la sociedad, como responsables de la misma. Por ejemplo, cuando intentaron mostrar a Luis Chocobar como a un héroe, cuando en realidad se trataba de un asesino al que el Estado le dio un arma.
Este informe nos coloca nuevamente frente a la problemática del monopolio de la violencia. El concepto de "Monopolio de la violencia" fue desarrollado largamente por el sociólogo alemán Max Weber en La política como vocación”. Ahí nos dice que Se define el Estado como la institución que posee el monopolio legítimo de la violencia dentro de un territorio”.
En su obra va más allá y se pregunta quién legitima al Estado y le da esa herramienta de poder. La respuesta la encuentra en los individuos que lo conforman. Señala para ello que el Estado como toda asociación política precedente se basó en la dominación de unas personas sobre otras por medio de la violencia legítima. Es decir, la condición básica para su existencia reside en la aceptación de la autoridad por parte de los dominados.
También la Ley legitima al Estado en el uso de la violencia. Y son los principios republicanos y democráticos los que rigen su  proceder. No se trata de, frente a un hecho ilícito, meter bala.
Ciertamente, el monopolio del uso de la fuerza o la violencia lo tiene el Estado, y la utilización de la fuerza o la violencia por parte de policías en ejercicio de su función únicamente tiene que hacerse de forma excepcional, porque al ser tan grande ese poder que delegamos como sociedad en un único ente que es el Estado, ese poder tiene que ejercerse de manera limitada y excepcional. De eso se trata y ya vemos lo que pasa cuando la Policía de la Ciudad de Buenos Aires ejerce ese poder de manera abusiva.
En la Ciudad de Buenos Aires, estamos en manos de una flamante "maldita policía" que mata.

*También, si te interesa, se puede leer el excelente artículo de Carlos Rodríguez en https://www.pagina12.com.ar/240196-buenos-aires-la-ciudad-del-gatillo-facil-permanente


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