miércoles, 17 de abril de 2019

SIEMPRE LA POLICÍA DE LA CIUDAD

Se naturaliza el hecho de que la Policía es “la dueña de la calle”, situación gestada y avalada por el poder político de turno que, hace un aprovechamiento político de dicha situación. Pero también, nos acostumbramos a que haya muchos policías corruptos, sabemos de Policía y narcotráfico y, sobre todo, sabemos de policías que no conocen de Estado de Derecho, y sí conocen mucho de abusos policiales.
Tampoco olvidamos los orígenes de la Policía de la Ciudad con el “fino” Palacios y las escuchas ilegales de Ciro James, y lo cierto es que la corrupción y los abusos policiales no son algo nuevo, y es una situación que se fue gestando con el apoyo del poder político de la Ciudad de Buenos Aires.
Así como muchas veces, la policía no combate el delito, lo administra, otras protege pequeños intereses particulares de unos pocos en perjuicio de quienes intentan denodadamente ganar unos pocos pesos. Tal el caso de la venta ambulante o la venta de baratijas en la vía pública, que en la supuesta protección de una actividad comercial se reprime ilegalmente a un vendedor ambulante porque supuestamente atenta contra la posibilidad de lucro de un comerciante que, seguramente, aporta mensualmente a la “Asociación de Amigos” de la comisaría de la zona o a la “cooperadora policial”.
Es la misma fuerza policial que a menudo es noticia porque su Jefe fue preso o sus comisarios son detenidos con orden judicial por sostener y proteger prostíbulos  o por otros delitos. Se trata de una policía corrupta y brutal que cuenta con, al menos la connivencia del Gobierno de la Ciudad, y que se manifiesta “liberando zonas para el delito” o cerrándole las puertas al delito según el grado de conformidad o disconformidad con el Gobierno.
Esta situación la lleva a actuar, casi siempre, al margen de la Ley cometiendo abusos o prepoteando al ciudadano o ciudadana de a pie en nuestra Ciudad.
Por eso, y pese a que “no constituye contravención la venta ambulatoria en la vía pública o en transportes públicos de baratijas o artículos similares, artesanías y, en general, la venta de mera subsistencia que no impliquen una competencia desleal efectiva para el comercio establecido” (Artículo 83 del Código Contravencional de la Ciudad de Buenos Aires)  pasan en la Ciudad de la Furia, cosas como éstas:


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