lunes, 26 de mayo de 2008

Después de la bravata, ¿qué esperaban?

El sol del 25 asomó. Esta vez, desde los televisores fuimos testigos directos de la Argentina dividida en dos. Rosario y Salta fueron escenarios del conflicto. En la previa, los representantes gremiales del campo se animaron con baladronadas contra el gobierno nacional.
La tapa de Perfil del domingo ha fungido de bandera de guerra contra el gobierno. Desde ella, Buzzi avisaba "El conflicto se radicaliza, temo que haya sangre y pérdidas de vidas".
Ya en el acto, y ante centenares de miles, el líder de la Federación Agraria afirmó que "el gobierno de los Kirchner es un obstáculo para que el desarrollo económico del país sea posible y que se avance a crecer con empleo y con felicidad para los ciudadanos". Y agregó “Hemos sido tolerantes, si pegábamos el portazo que ellos querían, el país se prendía fuego. Pero ahora, esta plaza es un trampolín impresionante en esta lucha que va a ser larga pero con un solo camino: Ganar o ganar”. Finalmente, en esa línea reclamó que “truene el escarmiento si mañana no se discute sobre las retenciones y sobre una agenda para el campo en serio, porque sino estamos preparados para volver a los piquetes”.
Entre la multitud, más en un acto de demagogia que de demostración de humildad, escuchaban Lilita Carrió y Enrique Olivera, más sus acólitos de la Coalición Cívica. En el corralito para invitados especiales se hacían ver el Presidente del Bloque de Diputados del PRO, Federico Pinedo, junto a la Diputada Paula Bertol y Esteban Bullrich (ministro de Macri); los piqueteros Raúl Castells, Juan Carlos Alderete y Amancay Ardura; el falso ingeniero Juan Carlos Blumberg y Francisco De Narváez; y el único gobernador presente, Alberto Rodríguez Saá, entre otros.
En el primer turno, el piquetero De Ángelis avisaba que el martes al mediodía se iban a reunir las asambleas para cortar las rutas si el gobierno nacional no les daba lo que ellos pedían.
Desde Salta, la Presidenta convocaba a la gesta del bicentenario y sostenía que "el país no reconoce propietarios". No hubo mención al conflicto con las entidades del agro.
Desde "La Ciudad de la Furia" queremos hacer notar una diferencia sustancial entre un acto y otro.
Buzzi quizó diferenciarse de los otros dirigentes del campo leyendo una carta de una Madre de Plaza de Mayo y luego de ellos entonó en el micrófono la consigna "madres de la plaza/el pueblo las abraza" y la multitud permaneció en silencio.
Cristina rindió homenaje a las “mujeres del pañuelo blanco”; “seguían levantando las banderas cuando todos las habían bajado”, las elogió y los asistentes aplaudieron.
Mucho le criticaron a la Presidenta su primer discurso durante la crisis destada por las retenciones a la exportación de soja. Soberbia fue el calificativo más suave que recibió. Los comunicadores estrella se horrorizaban porque la Presidenta decía que estábamos frente al "piquete de la abundancia".
Ahora, nada dicen de los dichos de los dirigentes agropecuarios. Ya no hablan de soberbia, ni analizan las bravuconerías de Buzzi y De Ángelis. Tampoco calificaron a los asistentes al acto, ya que la única palabra que podría definir la unión entre Macri y Castells, o entre Carrió y Rodríguez Saá, o entre Ripoll y Blumberg es el rencor por los votos no obtenidos.
El gobierno anunciará las nuevas medidas para el sector agropecuario de manera unilateral; los discursos de Rosario intentado condicionar la autoridad y legitimidad presidencial para definir políticas resultaron ser óbice para el diálogo.
Después de la bravata, ¿qué esperaban?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lamentable como pocos el acto de los del campo. Qué quedo de la gorda periférica y nacional y popular. Hoy se abraza a la Sociedad Rural. Asquito.

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